Hermanas y familia han hecho un poco de desalojo y han traido una silla de anea resistente; otra con el asiento de plástico y barrotes y patas de madera torneada; otra de las mismas características, con el asiento cambiado por uno de tela y espuma; una jaulita para discos compactos, muy bonita, pero poco práctica; y una lamparita halógena. Yo no llevo coche.
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