Lámina fotocopiada que me regaló una chica de logroño que conocí en biocultura. Una amiga nos presentó, cenamos juntas, pero ella se marchó antes, y vi que se había olvidado su mochila. Menos mal que tenía su teléfono, porque ¡menudo disgusto tenía yo! a lo que voy, que me despisto. Esta chica hacía limpieza del alma o de yo que sé. No me enteré muy bien y eso que estuvimos tres días juntas. Jajaja.
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